Tuesday, November 08, 2005

Vandalismo o Revolución (II)



Causas Sociales

Francia debe ser de los países más elitistas que he conocido.

Aquí todo esta estratificado, catalogado, esquematizado y estructurado de forma tal, que cada persona, en teoría, ocupa su lugar en la sociedad y de él no saldrá si no es por circunstancias extraordinarias.

Me explico.

En Francia el sistema educativo y de trabajo divide a la sociedad en especies de castas o grupos sociales rígidos, que en buena medida se van heredando de padres a hijos, de suerte que si tu padre es un “cuadro superior” de una empresa, lo más probable es que tu también lo seas, mientras que si tu padre es obrero o limpia las calles o es vigilante, lo mas probable es que tu no puedas obtener un trabajo mucho mejor que cualquiera de esos.

Y lo mismo en educación: solo los hijos de ex alumnos de las “Grandes Ecoles” (Institutos Superiores de Educación que valen más en calidad y grado que las universidades tradicionales-gratuitas) llegan a puestos de responsabilidad tanto en el ámbito público como privado. Y aun cuando su defensa sea que para llegar a una Grand Ecole el alumno debe pasar rigurosos concursos y pruebas que seleccionan solo a los mejores, la evidencia indica que la gran mayoría de sus alumnos proviene de las capaz más pudientes de Francia y sobre todo, de Paris, en desmedro de los que vienen de familias pobres o inmigrantes y de colegios públicos.

Esto no es más que una manifestación cualquiera de lo que en este país se conoce como “El Inmovilismo”, fenómeno que aqueja a la sociedad entera (no solo a los que protestan por las noches) y que se manifiesta:

económicamente, en la falta de crecimiento e inversión;

socialmente en la falta de oportunidades laborales y educacionales; y

políticamente, en la ausencia de un proyecto político y de convivencia distinto del que ofrece la derecha liberal y los social-demócratas del partido socialista y que es el que actualmente se aplica.

El inmovilismo es como una calle sin salida por la que los franceses transitan de un lado para el otro sin decirse nada, casi sin mirarse, como en el metro de Paris, sin que nada cambie, obligados a seguir un destino que no pidieron y contra el cual, no es mucho lo que pueden hacer.

Es en este contexto social en el que se inscriben los inmigrantes e hijos de inmigrantes que habitan en los Banlieus o suburbios de las grandes ciudades, como Paris, Marsella, Lyon o Toulouse.

Verdaderos ghetos en los que viven la gran mayoría de los jóvenes descendientes de africanos y magrebíes que conforman el grupo social que en estos días se lanzó a la calle a quemar autos, escuelas y comisarías como forma de mostrar su descontento con la vida que llevan y la sociedad a la que se enfrentan.

En estos barrios se podría decir que prácticamente todo es de una optra forma "social" : la casa es una vivienda social (inmensos edificios de departamentos), la escuela es publica, el centro de recreación es de la Marie (municipalidad) y así, todo el entorno en que se han movido estos chicos desde que nacieron es una suerte de “beneficencia estatal” muy mal entendida, que contrasta con la falta de solidaridad que se aprecia en la sociedad civil y que se expresa en la constante discriminación racial de la que son objeto, especialmente para la obtención de empleos en empresas y puestos públicos.

Un ejemplo de esto lo he visto a través de mi mujer, quien trabaja en una empresa mixta (publica-privada) encargada del desarrollo de renovaciones urbanas en un uno de estos Banlieus, el de Sevràn, que queda en la misma zona donde se iniciaron las protestas, al norte de Paris.

Pues bien, en esa empresa y en general en todos los servicios públicos y privados que han sido creados en esa comuna para ayudar a la gente pobre, solo trabajan personas que viven en Paris, son blancos, tienen buena educación y provienen de familias parisinas o de provincia que gozaban de un buen status social.

Gente que mira su trabajo como una donación que hacen a los mas necesitados, ejerciendo una actitud paternalista frente a los que supuestamente requieren de sus cuidados.

Entonces me pregunto por qué no darle trabajo a los que son de ese lugar y conocen mejor que nadie lo que realmente necesitan sus vecinos? Por qué no darles una oportunidad?

Quizás esto último puede ser anecdótico, pero es un reflejo de un malestar general hacia esta sociedad hipócrita que por una parte habla de “liberté, égalité et fraternité” y por el otro, da la espalda a gente que llegó a este país en busca de justicia y oportunidades y se ha encontrado con una sociedad que los “asiste”, pero que no los acepta.

El resultado es que actualmente hay miles de jóvenes que a duras penas han terminado la enseñanza media, que no continúan estudiando porque no tienen ninguna motivación para hacerlo, pues entrar a una universidad publica no es sinónimo de nada.

Que pasan sus días en las plazas y pasajes de sus urbanizaciones viendo pasar las horas con sus amigos mientras fuman porros de hachis, a la espera de que las cosas cambien, pero no sucede nada. Y aun cuando la ayuda social no los deja morir de hambre, ésta no alcanza para hacer de sus vidas algo de lo que se sientan orgullosos.

Y así la discriminación y estigmatización social hacia los jóvenes hijos y nietos de inmigrantes, se extienden por estos barrios a los que solo se llega en tren desde Paris. Un tren cuyo último convoy sale cada noche a las 12 en punto, impidiendo que los que habitan por esas latitudes, que en estos días nos hacen recordar los suburbios de Bagdad, puedan quedarse a pasar la noche en la ciudad luz.

2 Comments:

Blogger cienfuegos said...

Muy interesante tu punto de vista; ayer en el senado se comentó el caso francés a propósito de un proyecto de ley muy duro patrocinado por senadores de derecha.
el senador viera-gallo ejemplificó con con los últimos acontecimientos la vieja idea de la multicausaliddd e la delincuencia, y de la estrecha relación con problemas de exclusión social.
otero antes había argumentado el proyecto con base en el también viejo informe peyrefitte
chadwick respondió que quizá más mano dura era o que faltaba en francia.

con información desde la distancia, pareciera que la política en seguridad ciudadana iniciada a fines de los 80 y comienzo de los noventa, de contratos "comunales", que activaban la red local no ha sido exitosa sino en el papel y que una vez más es la derecha la que carga el dudoso galardón de poder manejar los poblemas de seguridad.
qué te parece a ti?

2:34 PM  
Blogger cienfuegos said...

mándame tu mail (en mi blog se puede enviar mail, creo) para contactarnos directamente
francisco

2:38 PM  

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