Friday, October 14, 2005

la delincuencia y sus falacias



Hace unos días, mi amiga Geraldine Kerneur, me prestó este excelente estudio hecho por los periodistas Marcela Ramos y Juan Andrés Guzmán, quienes le hincan el diente a la relación existente entre la delincuencia, el miedo y la segregación social en Chile, y de cómo la Fundación Paz Ciudadana y los medios de comunicación a su servicio, transformaron a la delincuencia en el tema de mayor interés durante la década de los noventa, afectando gravemente la convivencia ciudadana y la agenda publica de nuestro país.

En definitiva, de cómo estos señores, con su influencia y su poder lograron llevar a toda una generación que quería la alegría y la paz después de la dictadura, a comulgar en un odio común hacia el delincuente, valorando a la seguridad y a la tranquilidad por sobre la dignidad humana y los derechos civiles mínimos que requiere una democracia.

De este estudio, que debiera ser de lectura obligada para todos aquellos que toman decisiones sobre la materia, es posible sacar muchas conclusiones y romper con muchos mitos, por ejemplo:

1. Que la delincuencia no es un fenómeno en blanco y negro donde existen los buenos y los malos.

2. Que la propiedad es el valor al que la sociedad chilena otorga mayor importancia, incluso por sobre la vida.

3. Que el miedo a la delincuencia no es mas que el miedo de clase que tienen los que detentan el poder y los medios de comunicación.

4. Que para éstos, los delincuentes siempre serán los pobres, los que roban y hurtan, pero nunca los estafadores y quienes cometen delitos económicos, estos últimos solo hacen “malos negocios”.

5. Que muchas de las apreciaciones sobre el tema de la delincuencia no pasan de ser intuiciones o percepciones creadas artificialmente, las cuales al ser contrastadas con datos empíricos y estudios serios, caen a la categoría de pobres falacias panfleteras.

6. Que la seguridad es un excelente negocio en el que se invierten millones de dólares, moviendo sumas de dinero que superan con creces las perdidas reales originadas por los delitos cometidos.

7. Que lamentablemente la desconfianza en el otro y la consiguiente segmentación social ya no solo tiene su frontera en la Plaza Italia, sino que ésta se ha trasladado a todos los barrios donde conviven los pobres con los que ya no lo son tanto, quienes se protegen con rejas, alarmas y guardias privados de los “delincuentes”, sus vecinos.

8. Que a los ojos de la opinión publica, ser joven, menor de 24 años, moreno y vivir en una comuna pobre, te hace ser automáticamente un delincuente.

9. Que el gasto hecho en seguridad, no solo por los privados, sino por todos los gobiernos de la concertación, solo ha hecho que las empresas de seguridad se hagan millonarias, pero no ha logrado disminuir la delincuencia en nada.

10. Que hacer mas cárceles no sirve de nada.

Y así, muchas más que ahora seria extenso comentar, pero que me dan una profunda tristeza y rabia al mismo tiempo, básicamente por la injusticia asociada al tema.

Los años noventa finalmente no se diferenciaron mucho de los ochenta en cuanto a la represión contra los indefensos, en el odio y desconfianza incubado en las esferas de poder contra el pobre, contra el desafortunado.

Me da rabia ver como se traicionaron todos aquellos ideales por los que se luchó tanto durante la dictadura de Daniel López, el mayor delincuente de los últimos años.

Una década en la que se construyó, con el empuje de los mismos personajes siniestros de siempre, como Agustín Edwards y sus amigos, pero también con el apoyo de los gobiernos de la Concertación, un nuevo régimen de seguridad nacional y de paranoia represiva, solo que esta vez no se dirigió contra los comunistas, sino contra los pobres y específicamente contra los jóvenes poblacionales, el nuevo enemigo del sistema, al que hay que mandar a una isla, lejos de la civilización, como quiere el candidato eterno.

Existirá una salida para Chile o siempre inventaremos un nuevo pretexto para reprimir y subyugar?

En todo caso, no todo esta perdido compañeros, y aun cuando muchos tratan de echar mierda al poder judicial y a la Reforma Procesal Penal, tengo esperanza en que la correcta aplicación de este nuevo sistema judicial traerá consigo un mayor respeto por los derechos civiles de los pobres y una mayor justicia social.

De hecho, es reconfortante ver como algunos jueces, como el Ministro Carlos Cerda, de la Corte de Apelaciones de Santiago, tienen las cosas claras y para muestra lo dicho por éste en una entrevista que le hicieron en el último The Clinic:

“Lo único que nos legitima como jueces es ser representantes del pueblo. Lo hacemos por, para y con el pueblo, si no, no vale”.

Salud por eso!

4 Comments:

Blogger Gustavors said...

Claro que me gustaría. De hecho, se me infla el pecho de orgullo cuando gente que no me conoce hace buenos comentarios de mis cosas, ya que no lo dicen influídos por el hecho de tener estima hacia mi.
Sin embargo, es más fuerte el sentido de propiedad que tengo, es como un hijo, aunque suene exagerado. Hay algunos que significan un poco menos, pero hay mucho por los que no aceptaría ni millones de pesos.

5:01 AM  
Blogger Lo de Verdad said...

yo soy de las pesimistas que creen que todo esta perdido y que siempre tendremos una excusa para subyugar. el poder lo tienen otros y nosotros se los hemos dado.
me da pena y rabia que sigan pasando este tipo de cosas, pero tambien creo que como seres humanos estamos estancados. no se que pasa. tambien creo que no porque SI, las viejitas ponen rejas en sus casas, eso es una consencuencia de lo que ven a diario en la esquina. no en la tele. en todo caso creo que tu post ha sido increible. me ha hecho hasta empezar a juntar esperanzas. estoy alejada de todo esto asi es que un millon de gracias por dejarme leerte.
nos vemos...

1:46 AM  
Blogger c. said...

me falta fe, supongo... o quizás tú estás muy lejos y desde lejos todo es más creíble, amable, besable... o eso dice una canción, saludos y gracias por ir a verme, c.

4:18 PM  
Anonymous Anonymous said...

Buena lectura, aliviador análisis... salir de las verdades a grandes razgos que mas parecen actos de fe para discutir con mas datos en canchas mas pequeñas, que la intuición se pueda confirmar y no quede en la nebulosa. Lo que me gustó del libro fue justamente eso, que permite aclararse y abrir dialogo, salir de absurdos impuestos y que esa salida vaya mas alla (o mas aca) de la contraideologia... la pega que nos queda!
Y bueh, sabemos que no solo pasa en Chile, o veamos el ejemplo del pais de la libertad y la fraternidad.... y si, también creo que podemos seguir construyendo sentido y enterteniendonos con eso pa'estas y otras vidas, salud!

12:02 PM  

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