Thursday, September 15, 2005

Conversando con el juez Guzmán




Ayer por la tarde estuve en el café "El Sur", escuchando la entrevista que le hicieron al juez Guzmán para una radio francesa. Esta entrevista tenía por motivo el lanzamiento de sus memorias recientemente publicadas en francés.

El ambiente era distendido y la gente estaba atenta a escuchar del mismo juez algunos aspectos de su vida, como la influencia de su padre poeta o las contradicciones aparentes de ser un hombre de derechas que enjuicia a uno de los mayores asesinos de gentes de izquierda, y por cierto, uno que otro detalle sobre la causa que llevó contra Pinochet por sus violaciones a los derechos humanos.

Lo entrevistó un tipo calvo que fumaba pipa y se movía con aires histriónicos por el café, haciendo señas constantes al técnico para que intercalara grabaciones de discursos de Charles de Gaulle y de Pinochet que introducían a las distintas épocas de la vida del juez. Pero también estaba con micrófono propio un abogado francés invitado a la entrevista para hacer esas preguntas más complejas y de corte más jurídico, tales como saber de donde había sacado la idea del secuestro permanente como forma de saltarse la ley de amnistía.

A poco andar la conversación, las preguntas comenzaron a ser cada vez más agudas y críticas con el hecho de que el juez Guzmán haya trabajado tantos años en un poder judicial servicial a los intereses de la dictadura y que nunca puso freno a los abusos cometidos por los agentes de estado mandados por Pinochet a reprimir, a torturar, a matar y hacer desaparecer a tanta gente.

Tanto el publico asistente como el jurista invitado se mostraban abiertamente de izquierdas y muy críticos frente al pasado derechista del juez, calificanbdo incluso de indecente el que permaneciera en su cargo pasando lo que pasba en le pais.

De hecho cada intervención se veía marcada por una suerte de incredulidad o sorpresa respecto a que este hombre de aspecto bonachón y conservador haya sido capaz de sentar en el banquillo de los acusados y procesar al dictador como autor intelectual de tantos y tantos crímenes.

Entonces pensaba, mientras me tomaba un mate y escuchaba este dialogo, en cómo un juez, al final de su camino y al contrario de lo que cantaban Los Prisioneros, "nunca queda bien con nadie".

Y lo digo porque al juez Guzmán lo conozco desde mucho antes de que apareciera Pinochet en su horizonte judicial, de cuando era solo uno mas de los miembros de la Corte de Apelaciones de Santiago y un agradable profesor de derecho procesal en la Universidad Católica.

En la facultad era conocido sólo por ser buena persona, un profesor sin estridencias intelectuales, pero que hacía unas clases agradables y cercanas a sus alumnos. El no era diferente del resto de los profesores, él también era un jurista de derechas que trabajaba en la facultad de derecho que vio nacer al gremialismo en los años sesenta y a la UDI en los noventa.

Obviamente, el juez Guzmán ya no hace clases en la Católica. Sus “colegas” le hicieron la vida imposible, lo ninguniaron y ofendieron sin descanso hasta que ya no le quedó mas remedio que partir de un lugar en donde era abiertamente rechazado.

Y rechazado por qué? Precisamente por enjuiciar a Pinochet, por pasarse al otro bando, por transformarse en un comunista más, por no ser fiel a su clase. Pero en realidad el otro bando, el de los perseguidos, lo rechaza igualmente, no lo quiere y le critica que era de derecha y que trabajó en el poder judicial en tiempos de dictadura, que es mediático y que finalmente no logró meter preso a Pinochet.

Entonces me parece que el juez Guzmán, o el que sea, siempre se queda solo e incomprendido por todos, pero al menos, guarda la satisfacción de haber hecho su trabajo hasta donde sus superiores se lo permitieron, hasta donde los poderes de los mismos de siempre lo dejaron avanzar. Porque el viejo de mierda se tuvo que hacer el loco y lo dejaron hacerse el loco para no caer preso.

Mas la rueda sigue girando y ahora al juez Muñoz que investiga la faceta ladrona del dictador, todo el mundo lo apoya y hasta lo promueven para que sea miembro de la Corte Suprema. Pero nada de eso seria posible si no hubiera existido un juez Guzmán antes que él.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Querido Marcelo:

Acabo de leer tu comentario y me siento profundamente identificado por lo que dices. Como debes recordar, yo fui ayudante de Juan durante mucho tiempo y, de hecho, debo en alguna medida, mi puesto de profesor auxilar de Derecho Procesal -dudo que llegue más arriba- en nuestra Facultad.

Es cierto, Juan se fue de la UC probablemente porque lo incomodaron tanto que, finalmente, se hizo inaguantable. Yo mismo fui testigo de esos comentarios, provinientes de gente chata y, muchas veces, cargados de envidia.

Ya vendrá el tiempo de volver. Él fue alumno de la UC, así como tú y yo. Esa escuela es tan de ellos, como nuestra.

El Barita

8:04 PM  
Anonymous Anonymous said...

Maipu:
Muy de acuerdo con tus comentarios y los de Barita, creo que nuestro entrañable profesor fue un excepcional caso de "rise to the occasion", una persona bondadosa, sencilla y sensible que se encontró en una mision complicadísima, y vaya que supo ponerse a la altura de las circunstancias, de hacer historia haciendo verdadera justicia.

Y como persona sensible que es, todo lo que vio y aprendio juzgando al antiguo régimen cambio profundamente todo lo que él creía, me impresiono mucho en su visita a Berkeley cuando dijo que antes de este juicio el no creia que habia personas realmente malas...

En fin, nuestro maestro puso la justicia y la verdad por sobre sus convicciones, sobre su comoda vida de profesor de universidad burguesa, sobre su pertenencia a un Chile confesional y conservador, y termina como un desclasado, reprendado por por torturadores y torturados. ¡¡Que injusticia!!

Juan Guzman merece infinitos actos de desagravio, creo que tu posting en este blog es el primero y me alegra profundamente.

Un gran abrazo con mucho afecto,

Alejandro H.

12:13 AM  
Blogger marcelo gallardo camus said...

me alegra ver que me siguen en esta reflexion sobre la injusticia personal en funcion de la justicia terrenal.

el juez Guzman es quien abrio un poco la puerta del infierno para que todos pudieramos ver, con los lentes del mundo oficial, la mierda violenta y fascista de unos señores que creyeron que la humanidad empezaba y terminaba con ellos.

ese primer trabajo, duro e ingrato, es el que ha permitido que ahora pinochet no solo sea procesado por otros casos de detenidos desaparecidos, sino que ademas, sea descubierto y castigado por ladron, y que el juez que lleva esa causa, llegue a la corte suprema con los votos de todos los sectores, como si ahora que se abrio la puerta del infierno, este se hubiera enfriado un poco, o lo suficiente para no quemar a nadie.

saludos !!!

marcelo

12:42 PM  

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