Thursday, January 26, 2006

Se - cuela (I)




Por el lado de él.


Mientras camino por la playa de Port La Nouvelle (les Pyrenées sur Mare, France), no hago mas que pensar en ella.

Estoy aquí hace ya seis meses y en todo este tiempo, el recuerdo de aquella fatídica tarde, jamás se ha separado de mí.

Me sigue donde quiera que vaya, como una presencia que no me quiere dejar, como un alma en pena que no quiere partir.

¿Por qué?
Cuando pensaba que ya lo había dejado todo atrás, aparecen ante mí nuevamente las imágenes de ella envuelta en llamas,
de ella plena de placer, de ella mirándome,
mirándome con los ojos de una muerta que no me deja partir.

Salí de Chile con lo puesto y cinco mil dólares que logré sacar de mi cuenta en el ultimo minuto.

De eso ya han pasado cinco años.

El primer trayecto lo hice hasta Roma, desde ahí, y sin salir del Aeropuerto Leonardo Da Vinci, seguí mi huida hasta Bangkok, el lugar mas lejano al que podia optar.

Ahi me detuve, tomé una habitación en un hotel barato y me eché a dormir.

Al bajar a comer, casi treinta horas después de haber llegado, vi que el hotel estaba repleto de mochileros, de rastafaris rubios venidos del norte, de italianos deseosos de la buena vida y de brasileños en busca de la mejor ola que las playas de Tailandia les podian dar, los que sumados a una buena dosis de chinos jovenes y dispuestos a todo, daban al lugar un aspecto mas que adecuado para pasar desapercibido.

Decidí quedarme tranquilo unos días y pensar en mi situación.

A la segunda noche ya no pude dormir bien, de ahí ya solo fueron largas noches de insomnio tropical, noches eternas en las que no hacia mas que respirar bajo la tenue protección de un mosquitero y el aire tibio que arrojaba el ventilador.

Primero un sudor frió sobre mi frente, luego la fiebre que me hacía tiritar. Tapado hasta las orejas, solo atinaba a mirar y mirar el ventilador en el techo, que sin pausa ni reposo martillaba mi cabeza a cada vuelta, una y otra vez, una y otra vez.

Pasé dos días muerto de miedo, pensando que en cualquier momento la policía entraría en el hotel para sacarme de mi cama y llevarme a una cárcel asiática. Una sucia catrcel tailandesa en la que me pudriria poco a poco, con calor y humedad dispuestos para la descomposición, mientras esperaba una hipotética extradición.

Fue entonces cuando, no sé si por acción de la fiebre que todo lo trastorna o por el influjo de la culpa que me estaba matando, que una noche ella se apareció ante mí.

Iba vestida igual que aquella tarde en Tunquen.
Su cuerpo exquisito se insinuaba por todas partes.
Era una aparición llena de vicio
dolor lujuria placer.

Fue bizarro sentir como, pese a la fiebre que tenía, podía percibir su olor, su piel, su cuerpo que seguía hirviendo aun después de muerta. Sentía que venia a mi, que aun estaba caliente, que aun estaba húmeda en el más allá.
Lascivia fantasmal
incorpórea
irreal.

El cuerpo de ella se multiplica como la imagen de una casa de espejos.
Pierdo el sentido dentro y fuera de ese sueño febril. Todo es una sola realidad sin limites, sin fronteras. Es como ver a dios dentro de ti.

Las fuerzas ya no estan, desaparen, como los recuerdos perdidos de un viejo que mira las palomas y nada más.

Pero no, aun no es el momento de partir.

Unos labios que se posan sobre los míos me dicen que estoy perdonado, que puedo seguir, que esa bruma de desiertos se alejará de mí y podré sentir que no estuvo mal haber hecho lo que hice, que fue lo correcto.

Lo justo para seguir en pie y vivir como si ella nunca se hubiera ido. Porque todo no habia sido mas que un accidente, un error en el manejo de la media y sus encajes.

Al día siguiente continué mi viaje, cada vez más al Oriente de este mundo en el que no encuentro la paz.

Llegué a Bali y desde que puse el primer pie en ese maravilloso lugar, supe que mi vida podía cambiar. Que podía estar tranquilo porque hasta allá, nadie me iba a ir a buscar.

El país entero es un hervidero de extranjeros sin pasado y sin futuro, personas deseosas de vivir el momento y olvidar, simplemente, olvidar. Dejar atrás la vida de ciudad, de pareja, de trabajo, de oficina... de oficina, que es eso?

Me da risa cuando recuerdo que alguna vez fui a una oficina todos los días, de lunes a viernes, de nueve a seis. Tiempo en el que la vida giraba en torno al dinero y la fantasía de escapar de todo y todos.

Y claro, a veces se quiere tanto algo que, finalmente, la vida te lo otorga, aunque en el camino el precio que has de pagar sea altísimo.

¿Valía mi libertad la vida de mi amante?

Nunca lo sabré.

Al cabo de un tiempo estaba trabajando con unos italianos en la playa. Tenían unas cabañas que arrendaban a todo tipo de gente: tiernos amantes que venían de luna de miel en paquetes contratados en una multitienda, viejos avaros buscando jovencitas o jovencitos, divorciadas en busca de tranquilidad para cicatrizar las heridas de su ultima cirugía estética y uno que otro ser perdido que creía que allí era el lugar donde encontrar la paz espiritual que solo el Buda puede dar.

Ellos escucharon mi historia como si la hubieran escuchado ya, como si muchas veces antes, ya hubiera sido contada por otros, que como yo, habían huido de su destino, y que en distintas lenguas y épocas se habían acercado a personas como ellos, capaces de escuchar y no juzgar.

Ellos me consiguieron un pasaporte, un nuevo nombre y una nueva vida de la que hacerme cargo...

4 Comments:

Blogger Roberto Arancibia said...

Ya pos, esperaremos el Se-cuela (II), por el lado de ella.

Entregué tu link aquí,
http://rosariolizana.cl/?p=31

saludos Marcelo
R.

4:51 PM  
Blogger Shi Ho said...

La tormenta está cesando y tu mente descansando.
La calma embebiendo a tu SER, está.
"DEJALA SER",
pues es en ella,
donde tu majestuosa estrella radiante de luz reposa.
Esperando por ti está,
la clave que dará apertura final
a la férrea bóveda,
cuna cálida,
de tu más eminente existir.

Tomala, tomala
tomala tomala
tomala YA!....
No la dejes ir
no la dejes ir
no la dejes ir
no la dejes IR...
No temas,
no temas,
no temas,
que nada malo vendrá...

¡¡NO HAY MÁCULA!!!, libre eres ya.

Suelta el pasado,
permite su ida.
Buscará su propia huida,
siendo guiada donde debe estar,..
camino de sombras que perdida en la bruma astral,
comenzará a prepar su próximo ciclo,
del devenir terrenal.
IR Y DEVENIR...
realidad pura,
borrascosa ilusión.

NO TEMAS NO TEMAS NO TEMAS...... NO LLORES MÁS.

Pues tus ojos, secos y apagados se borraran.


simplemente, EXCELENTE.-

8:14 PM  
Blogger Shi Ho said...

Reemplaza, "ir y devenir" por:

"SER Y DEVENIR"

Sorry.

3:35 AM  
Blogger  said...

wow!!!grandísimo relato...he quedado un poco muda...valientísimo al vivir todo eso, aventurarse...yo no sé si sería capaz...y ya sabes todo lo que conlleva aventurarse...en el relato, tu lo has dicho...de todo un poco...miedos, amor, libertad...

bon jour, mon ami...

9:22 PM  

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